FIEBRE DEL “SIN GLUTEN”, CELIAQUÍA Y GLIFOSATO
Nunca he podido comprender como se ha demonizado al gluten de esa manera
salvaje en que lo hacen muchos, incluidos gurús de la alimentación, nutricionistas
y otros profesionales de la salud. Al igual que la soja, el gluten ha sufrido
ataques por parte de puristas, que para mí nunca han tenido ni pies ni cabeza.
Una cosa es que sea celíaco o intolerante al gluten, y otra que se elimine
completamente de la alimentación, sin causa justificada, tan solo por la “moda
sin gluten”. Si tengo que ser sincera, estas condenas, a la soja y al gluten, siempre
me han parecido cosa de ciertas multinacionales de la alimentación, que ven
como los sectores que abogan por una dieta más natural, con menos productos
procesados y que va reduciendo y eliminando progresivamente los lácteos y las
carnes, están ganando terreno a pasos agigantados.
Es muy fácil plantar la semilla de la cizaña, introduciendo infiltrados en
grupos de Facebook, en foros, en asociaciones, etc. Dichos infiltrados actúan
como si fueran parte de esos grupos, aportando información que en la mayoría de
casos apoya las afirmaciones de los demás, pero de vez en cuando introducen un
dato (normalmente sacado de estudios manipulados y/o financiados por la
industria, en los que se alerta de las propiedades dañinas de ciertos
alimentos, como los que nos traen al caso.
Si echamos mano de estudios independientes, sin ningún conflicto de
intereses, veremos que todos coinciden en que el gluten es beneficioso para la
salud. Por ejemplo, en uno de ellos, se dividieron los voluntarios en dos
grupos, a uno se le quitó el gluten de la dieta y al otro no. En igualdad de
condiciones, excepto el gluten, los que no lo habían consumido mostraron una
flora bacteriana bastante menos sana que los que sí lo habían consumido. La
microbiota de éstos últimos mejoró ostensiblemente, sin dejar lugar a dudas del
efecto saludable del consumo de gluten.
Pero últimamente me he dado cuenta de que además de intereses creados,
pueden existir otras causas. Muchas veces se hace realidad el refrán: “Cuando
el río suena, agua lleva”. ¿Por qué si no hay tanta cantidad de nuevos celíacos
y personas intolerantes al gluten? Hoy en día más y más gente afirma sentirse
mal después de consumir gluten. Parece una plaga, como si fuera contagioso. ¿Cómo
es posible este aumento tan espectacular de intolerantes? Al investigar un poco
el tema, me encontré con que la mayoría de quejas en este sentido son causadas
por el consumo de trigo principalmente. Ya sea trigo blanco o integral, aunque
principalmente blanco.
El trigo es un alimento presente en gran cantidad de productos que podemos
encontrar en supermercados, precisamente porque en dichos productos, ya sea
pan, galletas, harina, repostería, pastelería, bollería, comidas preparadas, y
muchos productos más, se utiliza el trigo refinado modificado. El trigo
refinado no solamente es perjudicial para la salud porque se le haya retirado
la fibra, el germen y el endosperma, y haya quedado en pura caloría vacía,
convirtiéndose en pegamento para las paredes del intestino, sino porque el
trigo moderno ha sido modificado tantas veces, que nuestras enzimas no lo
reconocen como un alimento, y crea gran cantidad de problemas en nuestro
organismo, entre ellos, intolerancias y alergias.
Pero ahí no acaba la cosa. En los cultivos del trigo moderno, se utiliza un
pesticida llamado GLIFOSATO, el más potente mata-hierbas del mundo,
desarrollado en los años 70 por Monsanto, y calificado por la Agencia para el
Cáncer de la OMS como “posible carcinógeno”. Recientemente se ha averiguado que
una gran cantidad de productos “sin gluten” también lo contienen, con el
agravante de que en dichos productos se ha encontrado mucha más cantidad del
mismo. El glifosato sobrevive al procesado de los alimentos, al refinado, al
molido, y al cocinado a altas temperaturas. Y el trigo es altamente impregnado
con él.
En muchos países del mundo ya ha habido manifestaciones en contra, para que
se deje de usar este pesticida, que es tan difícil de eliminar, que penetra
hasta en las más pequeñas moléculas de las plantas y el grano cultivado. Incluso
hasta en mediciones de PPB (partes por millón) y PPT (partes por trillón), son
altamente disruptoras del sistema nervioso y endocrino humano. Los efectos
tóxicos del glifosato, junto a los problemas que produce el consumo de trigo
moderno, por su continua modificación genética y refinado, pueden hacer pensar
a la gente que son celiacos o intolerantes al gluten, y por ello dejar de
comerlo automáticamente.
Pero ahí no acaba la cosa. Muchas personas, sin siquiera acudir a
realizarse un test de intolerancias, o de celiaquía, deciden dejar el gluten
por cuenta propia, y comenzar a consumir productos industriales sin gluten.
Aquí tenemos un arma de triple filo. Por un lado, si realmente no son
intolerantes ni celíacos, su flora intestinal va a sufrir las consecuencias de
dejar totalmente de consumir gluten (ni siquiera el de los productos integrales
saludables). Por otro, van a encontrarse con una serie de productos “sin gluten”
que suelen ser mucho más caros que el resto de los alimentos, de poca calidad
nutricional. Y en tercer lugar, una gran cantidad de productos “sin gluten”
contienen grandes cantidades de GLIFOSATO, generalmente en más concentración
que en los alimentos con gluten.
La mayoría de alimentos etiquetados “sin gluten” han sido enormemente
procesados, y son comida basura que no contiene prácticamente nada de fibras
vegetales que hacen que la digestión sea eficaz y el proceso de eliminación del
organismo funcione correctamente. Estos productos también suelen contener
cantidades enormes de azúcares y carbohidratos refinados, convirtiéndose en tan
peligrosos para la salud como la típica “comida basura”.
Os aconsejo que no os dejéis engañar por el mito de que los alimentos
procesados como “libres de gluten” son sanos y saludables. A menos que lleven
el sello de “ecológico” o “bio”, posiblemente estén cargados de glifosato y
otros pesticidas y herbicidas, sustancias que pueden hacer mucho daño a tu
salud. Si vas a comprar alimentos sin gluten, asegúrate de que sean orgánicos.
Y si no, te recomiendo encarecidamente que elimines el trigo moderno de tu
dieta. Hoy en día se puede encontrar espelta, centeno, trigo sarraceno, y otros
cereales primitivos y sin las características peligrosas del trigo moderno.
Puede que sean un poco más caros, pero reconócelo, es una inversión en salud.
Abrazos,
Muy buen articulo, pense que era el unico que sabia de esto, me reconforta saber que hay personas con sentido comun. La mayoria de articulos que veo por internet son para demonizar el trigo. Esto era justo lo que buscaba.
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