ME LLAMO PIXIE, Y BUSCO HOGAR
Hoy os quiero presentar a Pixie. Pixie es una miniatura de gatita, que apareció la otra noche a la entrada de mi casa. Una vecina se la encontró en la calle, a las tantas de la madrugada, y no sabiendo que hacer con ella, la dejó en mi puerta, sabiendo que caía en buenas manos. Pixie llegó en un estado deplorable. Diminuta, con menos de un mes de vida, la gatita no podía moverse, por la debilidad, ni ver, por la densa capa de mucosidad que le cubría los ojitos, hinchados por la irritación y la infección. Era un pequeño saquito de huesos. La cogimos con delicadeza y le limpiamos primero los ojitos, quitándole toda la mucosidad seca, y ahí debajo aparecieron unos ojillos tristes y asombrados, al ver el mundo de nuevo. No pareció asustarse al vernos, ya que estaba tan débil, que no podía casi andar. Una vez limpia, mezclamos un poco de leche de cabra con agua, y se lo dimos con cuentagotas. La leche de otros animales no es buena para los gatos, al contrario de la creencia popular, les s...