E-COLI EUROPEO: ¿ORIGINADO EN LABORATORIO?

La gran cantidad de infectados y las 16 muertes causadas en Alemania por el brote de E-coli el pasado año fueron fuente de una gran controversia. Se culpó a los pepinos españoles precipitadamente, se causó un terrible daño al sector, y aunque mas tarde se rectificó, se prohibió la importación de frutas y verduras frescas procedentes de la Unión Europea en Rusia, gran consumidor de estos productos, entre otros grandes perjuicios a los agricultores españoles.
Reinhard Burger, director del Instituto Robert Koch, dijo entonces que "quizá nunca sepamos cual fue la fuente de las infecciones".
De lo que no se habló en prácticamente ningún medio, es de como el E-Coli pudo haberse hecho resistente a ocho tipos diferentes de antibióticos, y de repente apareció en el suministro alimenticio.
Esta variación de E-Coli es miembro de la cepa O104, y este tipo de cepas normalmente no son resistentes a los antibióticos. Para que adquieran este tipo de resistencia, es necesario que estén repetidamente expuestos a antibióticos. Esto provocaría la presión necesaria para que la cepa desarrollara la completa inmunidad.
Para poder conocer los orígenes de una cepa de este tipo, se realizó un procedimiento en el código genético del E-Coli, que determinaría a que tipo de antibióticos fue expuesto durante su desarrollo. Los resultados sobre como pudo llegar a existir son increíbles:
Los científicos del instituto Robert Koch descubrieron que dicha cepa de E-Coli había estado expuesta a los siguientes antibióticos:
When scientists at Germany's Robert Koch Institute decoded the genetic makeup of the O104 strain, they found it to be resistant to all the following classes and combinations of antibiotics:
• penicilina
• tetraciclina
• ácido nalidixico
• trimethoprim-sulfamethoxazol
• cefalosporinas
• amoxicilina / ácido clavulánico
• piperacilina-sulbactam
• piperacilina-tazobactam
Esta cepa O104 tiene la particularidad de que produce unas enzimas especiales, que le dan el poder de convertirse en una "superbacteria", conocidos técnicamente como ESBL (Extended-Spectrum Beta-Lactamases), o Beta-Lactamases de Espectro Prolongado), que son enzimas que pueden ser producidas por bacterias que las hacen resistentes a las cefalosporinas (cefuroxime, cefotaxime and ceftazidime), los antibióticos más usados en muchos hospitales.
Reinhard Burger, director del Instituto Robert Koch, dijo entonces que "quizá nunca sepamos cual fue la fuente de las infecciones".
De lo que no se habló en prácticamente ningún medio, es de como el E-Coli pudo haberse hecho resistente a ocho tipos diferentes de antibióticos, y de repente apareció en el suministro alimenticio.
Esta variación de E-Coli es miembro de la cepa O104, y este tipo de cepas normalmente no son resistentes a los antibióticos. Para que adquieran este tipo de resistencia, es necesario que estén repetidamente expuestos a antibióticos. Esto provocaría la presión necesaria para que la cepa desarrollara la completa inmunidad.
Para poder conocer los orígenes de una cepa de este tipo, se realizó un procedimiento en el código genético del E-Coli, que determinaría a que tipo de antibióticos fue expuesto durante su desarrollo. Los resultados sobre como pudo llegar a existir son increíbles:
Los científicos del instituto Robert Koch descubrieron que dicha cepa de E-Coli había estado expuesta a los siguientes antibióticos:
When scientists at Germany's Robert Koch Institute decoded the genetic makeup of the O104 strain, they found it to be resistant to all the following classes and combinations of antibiotics:
• penicilina
• tetraciclina
• ácido nalidixico
• trimethoprim-sulfamethoxazol
• cefalosporinas
• amoxicilina / ácido clavulánico
• piperacilina-sulbactam
• piperacilina-tazobactam
Esta cepa O104 tiene la particularidad de que produce unas enzimas especiales, que le dan el poder de convertirse en una "superbacteria", conocidos técnicamente como ESBL (Extended-Spectrum Beta-Lactamases), o Beta-Lactamases de Espectro Prolongado), que son enzimas que pueden ser producidas por bacterias que las hacen resistentes a las cefalosporinas (cefuroxime, cefotaxime and ceftazidime), los antibióticos más usados en muchos hospitales.
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